sábado, 12 de marzo de 2011

¿Cuán profundo es este lago?


Avisto el lago enfrente de mí, estando en la orilla, mojándome los pies. Camino lentamente hacia el interior, ahora el agua me llega a las rodillas. Sigo avanzando lento, pues deseo poder recordarlo cuando me encuentre lejos de allí. No sé cuándo volveré a este lugar, que hoy es mío. Recorro la visión de sus orillas, qué ganas de ser más valiente para nadar hacia el interior, hacia el medio del lago, y cruzar hasta la otra orilla. Seguro que hay gente que lo ha hecho. Yo sé nadar, pero me produce temor adentrarme más. El reflejo del agua invita, es tan tranquilo este lugar. Es tan verde su alrededor. Intento esta vez nadar un poco más, no me la puede ganar el temor. Me pregunto cuántas profundidades me pierdo de conocer, por qué me conformo con chapotear a las orillas, si tengo todo el lago para mí. Se parece al conocimiento de Dios, conozco tan poco, mientras las profundidades de Su amor me esperan quietamente, como las aguas del lago. Yo quiero ir por más. Quiero nadar libremente en las profundidades del Mayor amor de todos. Y me voy a entrenar.

Sería más fácil callarlo...

...pero sería lo más mezquino también. Me he topado con el referente más alto de amor que conozco... ¿cómo se entiende el amor sin compartirlo?