miércoles, 22 de diciembre de 2010

El establo de Belén

Tantos años han pasado, tantas Navidades hemos vivido, en tantas épocas distintas, tanta cultura hay entorno a la fecha, que las palabras se van desgastando, se van agregando o restando significados, empieza a dejar de coincidir lo que queremos decir con lo que en verdad es.


Pero Jesús nació en un establo.


Como sea, un lugar que no es digno de Él...si estamos hablando del Rey de Reyes.


Y pienso en los hospitales, las escuelas, las cárceles, las micros, los lugares públicos a mal traer. Hay en verdad muchos lugares que no reflejan la dignidad de quienes los ocupan. Porque las personas somos dignas: somos hechas a imagen y semejanza de Dios.


Los establos no son para los reyes, son para que duerman los animales del campo.


Hoy en Santiago de Chile los transeúntes nos quejamos de ser atacados por hambrientas manadas callejeras de perros. Hoy, ellos están en la mira, son un peligro a la salud pública. Se habla de eliminarlos, pero eso se va a demorar, porque hasta los perritos vagos tienen defensores. El niño de Belén no. El nació en un pesebre, y nadie dijo nada. Callamos y otorgamos.


Apostaría a que hoy sería lo mismo, nadie le daría la suite presidencial del Hyatt para nacer (bueno, es el Rey de Reyes, no? El hijo de Dios...eso es más que un presidente)


Pero, si se le concediese al Niño Jesús nacer en estos tiempos, y pudiésemos otorgarle un lugar más a propiado ¿qué lugar en la tierra habría estado a su altura? Ninguno.


¿Qué persona en la tierra está a la altura de su justicia, de su santidad, como para recibirle en su corazón? Ninguna. Nos fallamos cada día a hasta a nosotros mismos. Hay grandes intentos de algunos que de verdad desean tener corazones rectos, pero aún así, ¿quién puede decir que su corazón es totalmente justo? En sólo decirlo estaría mintiéndose a sí mismo.


Pero Él vino a nacer en un pesebre. Esa sabiduría de Dios, diciendo, "ya sé lo que hay por acá, está bien, con permiso".


No sé si hay una imagen más esperanzadora en el mundo, que la imagen del Niño Jesús en el establo en Belén. No sé si, a la luz de Su mirada, habrá alguien que deje de sentirse identificado con el estado del humilde portal. Al medio del campo, en prioridad 50 mil, medio desvencijado... se parece a nuestras abandonadas vidas íntimas. Se parece a ciertos olvidos nuestros, se parece a ciertas conversaciones que no queremos abordar. Se parece a nuestras miserias que ocultamos detrás de las grandes carreteras, detrás del wifi, o del 24-hour banking...



Sinceramente creo que el viejo establo de Belén es fiel figura del corazón humano. Cuánta esperanza nos trae entonces el nacimiento de este niño en el pesebre. Y cuán profunda y verdadera alegría.

sábado, 27 de noviembre de 2010

El galardón

Ayer me premiaron. Tuve un galardón y unos aplausos. Tuve unos reconocimientos a mi trabajo de personas que son importantes, y que además admiro. Excelente. Han sido semanas, meses, un año entero de trabajo duro, en realidad van varios años de trabajo intenso... de ese que se hace sin darse uno cuenta, porque es tanto, y se está tan concentrado, que casi no se siente. Es lo que uno hace en la vida, parece que es algo normal, rutinario, que ni uno lo ve. En fin. Estoy emocionada, deseo que a todos les pase alguna vez. Me animo a buscar el Galardón del Reino de Dios. En el cielo no hay polillas que corrompan los trofeos, ni ladrones que se los roben, allá están los tesoros que de verdad quiero. Pero es lindo tener las arras, la garantía, una sombra de ese momento eterno en el presente. Gracias.

miércoles, 13 de octubre de 2010

"Tiempo de llorar, tiempo de reir...


...todo tiene su tiempo debajo del sol". Llorar y reir, ambas cosas. Siempre esperamos o privilegiamos una por sobre la otra. Queremos reir siempre, buscamos algo que se llama "felicidad", nos motivan los premios, las luces al final del túnel, y así todo el trayecto antes de llegar al galardón, a la luz del final, lo pasamos muy negro. Unos lo vivimos negando la pena, sonriendo como sea, otros lloran sus desgracias en toda ocasión. Pero el punto es que hay un día de pena. Los hay de alegría, y esos los buscamos siempre, pero los días de duelo, de tristeza, vendrán igual, aunque les hagamos el quite.
Un amigo mío dice "debes vivir sin expectativas, es la única forma de no decepcionarse nunca y ampliar las posibilidades de resistir ante las fallas de los demás". Mi amigo es un hombre muy sabio, yo le creo. Pero ahora me toca discrepar con él. No pues, amigo. Hay días en que lo único que toca hacer es llorar con ganas, de desilusión, de rabia, porque me involucré en la cuestión. Elijo involucrarme hasta las patas. Elijo esperar cosas. Porque si no espero nada, no sueño nunca, no libro ninguna batalla, voy a estar como aquellos que tratan de anestesiar su conciencia en un OMMMMMM infinito, a veces más cómodo que ser tildado de rebelde, o irse preso, o recibir insultos por creer en algo, por participar en la "bajeza" de querer algo con todo el corazón. No se puede vivir así. ¡NO SE PUEDE NI SE DEBE! Hay que reir y llorar, hay que enojarse y aburrirse y hartarse también. Hay que esperar, anhelar, querer, desear; no sólo recibir, obtener, estar saciado... "tranquilo"...
Hay un día para todo. He intentado hacer eso que dice mi amigo, eso de "ampliar las posibilidades de que me fallen"... Puedo perdonar ahora, de hecho, es lo primero que intento hacer ante las ofensas, son años de escuchar a mi Maestro decir "da la otra mejilla"... pero antes de darla, voy a llorar, Dios me da un día para eso también. No me voy a anestesiar más. Y me voy a decepcionar muchas veces de la gente porque voy a insistir en esperar lo mejor de ella. Y me voy a desencantar de las personas porque voy a creer en su grandeza SIEMPRE. A todos los admiraré por algo, y todos me fallarán, pero no importa: total, hay días para llorar. Y me involucraré y soñaré con las cosas que quiero lograr, cuando todos elijan decir "¡qué importa!", encogiendo los hombros para fingir "fortaleza". Y me voy a enrabiar y tendré que tener pañuelos porque la frustración me hará llorar, se puede hacer, todo eso se puede hacer... Voy a considerar que mis papeles estarán ajados ese día, y no podré correr tanto como lo quise porque tuve que detenerme un poco a pasar la pena. Ocuparé el tiempo de llorar con más calma y espacio. ¿No se toma la gente días administrativos? Bueno, consideraré que existe el día lloroso. Y si justo la ocasión no es apropiada, y debo guardar la compostura si alguien me pregunta "¿estás llorando?", no le pienso echar la culpa a la alergia, le diré sí, éste es un momento triste, nada más, lo estoy pasando.
Hay UNO que sabe lo que digo, ése seguro llorará conmigo. Y al final, también reiremos los dos. Esa risa será la mejor de todas las risas.

viernes, 1 de octubre de 2010

Por qué las cosas se atraviesan


Porque estamos claros que no resulta todo a la primera, ¿cierto? Y a veces, ni a le segunda, ni a la tercera, ni a la cuarta... ¿O acaso no nos pasa que cuando queremos permanecer unidos y en paz, peleamos todo el día, sin entender cómo llegamos a las discusiones y a la rabia? ¿O cuando queremos cuidarnos la salud, hacemos cosas estúpidas como comernos todo el refri de una, o salir desabrigados justo el día en que corre viento?... mmm, que extraño. Intentamos justificar diciendo "leyes de Murphy". Bueno, sí, ese es un nombre para darle a la corriente que nos choca cuando decidimos darle una dirección a nuestras vidas. Más bien parece una justificación un tanto pesimista e impersonal, últimamente nos acomoda tanto lo impersonal..como Joda, hablar de "la fuerza", "la vibra", "la energía"... Con tal de no culpar a nadie...será entonces una impersonal piedra con la que hemos de tropezar.
La explicación que nos damos los cristianos bíblicos es "la Caída". Momento en que Adán y Eva deciden darle la espalda a Dios tomando las riendas de sus vidas sin considerar más a Quien los hizo, quien era Su Amigo, con quienes compartían en compañerismo, hablando a la luz del día en el Edén. Ya saben la historia, de todo lo que tenían para comer en el jardín, justo les dio con el único árbol del que no podían comer. ¿Resultado? También es conocido: enemistad con Dios, expulsión del huerto del Edén. ¿Eso no más? Bueno, enemistad con Dios implica tantas cosas. Es alienación pura. Se separa el hombre de Dios, se rebela en vez de amarlo. Se aleja Dios del hombre, sin desampararlo, pero el Dios santo se aleja tristemente de quien lo rechaza. Se separa el hombre de su prójimo, le es difícil amar hasta dar la otra mejilla, perdonar, y todas esas cosas difíciles que nada tienen que ver con las mariposas en la guatita que llamamos melosamente "amor". Se separa el hombre de sí mismo, no se entiende, enloquece, tira licencia, dice que se enfermó para no ir a juntarse con sus amigos, se emborracha cuando había prometido no hacerlo nunca más. Mata a los que ama, viola a sus propios hijos, o en el mejor de los casos, les da rigor autoritario para educarlos ("un día me lo gradecerán, cabros de porquería") o les pone el veneno cerca diciendo que "los está mimando". Se separa de la naturaleza, abusa de ella como si no fuera su hogar, simplemente cierra los ojos y tira la mugre al océano, que se jodan los peces y los ríos, total, hace rato que no va a la playa ni come pescado. La naturaleza se separa de él, le tiemblan los cimientos, se salen los mares y los ríos, lo bello se torna adversario. Esa es la Caída, ¿lo ven? Más allá de si el fruto era manzana o pera, más allá de que lo crean o no, hay una explicación por la cual entendemos porqué todo lo que en un principio era para unirse, tiende a separarse.
Por eso el tema de este blog habla de mi esperanza, el amor de Jesús, el amor de Dios, que nos reconcilia consigo mismo (el pastor que va a buscar a la oveja perdida), que nos reconcilia entre nosotros, que nos reconcilia con el cielo y la tierra, que llama a las tempestades y las calma, que dice a las enfermedades "fuera de este cuerpo" y éstas se van. Por eso digo "Mayor es mi esperanza, mayor fue su Amor", más grande que mis pleitos y enemistades con mi Creador, con mis hermanos, conmigo misma, con mi tierra.

miércoles, 14 de abril de 2010

Con carita de cumpleaños

No se trata de conformarse con ''el mal menor'' o mantener el ''consuelo de tontos'' al compararse con el más sufrido, pero de verdad creo que todos los chilenos vivos debiéramos andar "con carita de cumpleaños". Felices, cantando o silbando, agradecidos, respirando con ganas, caminando firme, gastando toda la fuerza con la que contamos cada día. Cierto, se sufre, se pone cuesta arriba, te duele todo, uno se cansa, es verdad. Pero también hay que recordar que lo más probable es que somos nosotros los que elegimos de una otra forma los caminos de nuestras vidas, y podemos hacerlo muy a menudo. Entonces no me cuadra cuando alguien que viene cansado de su día se queje tanto, porque la mayoría de las cosas las eligió el mismo. Entonces aquello de "me levanté solo por ésto" o "no sabes lo que me costó llegar" o "no es fácil llegar donde estoy", entre otros parches, están de más. No vienen de la alegría, ni de la victoria que significa haber elegido todo lo que se hace y haber llegado aunque sea parcialmente a la meta diaria, sino más bien parecen "quejarse de lleno", y eso es un arma de doble filo porque tiñe de mediocridad los logros de la vida, aplastando tu sentido de valor por el esfuerzo y a la vez desanimando a los que te observan. Sí, porque si aún las victorias suenan a derrota, entonces todo se relativiza, por eso muchos ladrones prefieren ser eso que trabajador honesto, porque los trabajadores honestos muestran la honestidad como una tontera que alguien les impone, como una esclavitud cínica que "en verdad no pidieron", pero que igual los hace mejores que los ladrones. Yo creo que hay que casarse con algo. Entonces o eliges ser descarado con ganas o eres honesto lleno de alegría. Primeramente porque hay que rescatar (o, como decimos los discípulos del Maestro Jesús, hay que "redimir") la alegría de elegir la vida propia (sí, eso es motivo para alegrarse) y para que quede claro a todos que la libertad se hizo para gozarla y no para sufrirla.

lunes, 1 de marzo de 2010

El terremoto de Chile

Chile
Loca geografía
cuya belleza
cuesta el gran precio de soportar
cada veintitantos años
su inquietud
dejándonos saltones hasta los recuerdos
llevándose con su oleaje las casas
haciendo arrancar a la gente pal cerro
haciendo que gigantes
como la tortuga de Talcahuano
se aneguen sin remedio
Dejando a las embarcaciones en vergüenza
en plena Plaza de Armas
Hundiendo al hermoso Tomé
Cuesta soportar
a la gente bella como tú, Chile
cuesta aguantarte
he amado tus lagos
volcanes
cielos
mar
cordillera
bosques
pero tu belleza tiene ese pero
que te mueves sin pensar
en los que vivimos
arriba de tu flaco suelo
Que Dios te redima entero
y al fin un día tu tierra
ya no nos amenace
ni nos quite más el sueño...

sábado, 6 de febrero de 2010

El ejército de Terracota de Qin Shi Huang

Asistimos con mi amiga Clarisa a la muestra de China en el Centro Cultural del Palacio La Moneda, en Santiago de Chile. Fue muy impresionante ver, por un lado, las piezas de museo (especialmente los soldados de arcilla a escala natural del ejército que mandó a construir el emperador Qin Shi Huang) como la puesta en escena, con salas tan modernamente equipadas y la calidad interactiva de la exposición.
Quedé pensando muchísimo en el tema del ejército de Terracota. Me impresiona ver la iniciativa de un emperador cuya personalidad y poderío son difíciles de entender en nuestros días, en que todo tipo de gobierno personalista sería simplemente inaceptable por nuestras democracias y nuestro mundo posmoderno, ya decepcionado y curtido de "semidioses". Se dice que el emperador, considerado un tirano, pero a la vez valorado por la unificación de China, quería tener este ejército a su mando aún después de su muerte. ¿Cómo será la mente de alguien que imagina algo así? Creo que no se trata simplemente de enormes ansias de poder, sino también de un gran sentido de indefensión. Porque las figuras eran para su tumba, de acuerdo a las tradiciones. ¿Qué tipo de terrores pueden amenazar tanto a un poderoso, que quiere nada menos que 7 mil soldados, junto con sus caballos, para que hagan guardia en su tumba? Se dice que cada soldado de este ejército es distinto a otro. Y me imagino que el Emperador se aseguraba muy bien de que se cumpliese su deseo a cabalidad. ¿Cómo será supervisar la obra de los artistas para que creen y produzcan tantas personalidades distintas, con todo tipo de atributos marciales, para asegurarse de que ningún flanco quede sin protección? Me imagino si yo misma he intentado construir a lo largo de toda la vida mi propio ejército de terracota, ejército de barro, que resulta imponente a los ojos de los enemigos, para alejar los terrores que no se pueden confesar, porque "somos los fuertes". ¿Qué tipo de desamor, qué clase de carencia sufre alguien que vive para esconderse tras la careta de fortaleza? Cuánta aceptación se necesita para confesarse débil... Un Amor más grande que un ejército de fantasmas concebido durante toda una vida.

viernes, 22 de enero de 2010

Amar es un arte

La inolvidable Nadia Comaneci. Cuánto la admiré de chica. Recuerdo las clases de gimnasia rítmica que tuve en mi colegio, soñábamos con parecernos a ella. En mi calle, muchas niñitas hacían "la araña", "la voltereta" y otras piruetas, desafiándose entre ellas. Después en la media, también tuve a un par de compañeras que siempre disputaban el título de la mejor en salto de caballete. Eran geniales. Yo tenía temor de los saltos, prefería las rutinas de gimnasia rítmica, la música mezclada con la agilidad y belleza de motivos danzísticos. Una vez competimos en las cintas y los aros. Hoy, y aunque no veo mucha tele, trato de no perderme cuando aparece la gimnasia rítmica en competencia. Sencillamente no me canso de admirar esa disciplina. Que bueno que me la presentaron mis jugadas profes de básica en la escuela en Quinta Normal. Para variar: profes jugadas, ni siquiera eran de gimnasia, sino de educación general básica, pero rayaron con la Comaneci y nosotras nos creímos el cuento olímpico.
Lo más admirable de la gente que es seca para su trabajo, como la Comaneci, es que cuando uno la ve, parece que todo fuera tan fácil. Es lo mismo con los músicos, o los expertos en cualquier disciplina. Les sale tan fluido, tan sencillo. ¡Y uno se motiva! En tiempos del Chino Ríos, las calles estaban llenas de chiquillos con "raquets". Pasa lo mismo cuando escuchas a tu músico favorito, y tienes guitarra, o algún otro instrumento, te quieres parecer y pasas un buen rato persiguiendo acordes extraterrestres, patrones extraordinarios, y los practicas entre suspiros y esfuerzo... el placer se te hace esquivo en ese momento, porque cuando practicas, calculas recién que la cosa no era tan fácil. A lo mejor te inscribes en un curso, tomas un profesor particular y le pagas por un tiempo, practicas, luego el trabajo o el estudio te copa el día, y tus heroicas ganas de dominar el arte quedan de nuevo relegadas al segundo plano. Conversas con tus amigos que se parecen a ti, esnobeas un rato, y ya está. Sería otra temporada. Hay algunos de estos aficionados que alguna vez logran dejar su quehacer principal por su amado arte. Son los menos, eso sí. Sabemos que son los menos.
Tenemos que admitir que amar es lo mismo. Amar es un arte. Y aunque suena a paráfrasis de cliché, admitamos que, en las relaciones humanas, el conflicto es innerente a las personas y por ende relacionarse no es tan fácil como parece. Este hecho demuestra por una parte que no somos iguales, y que es imposible uniformizar a la gente. No se puede porque dejan de ser personas. Por lo tanto, amar se hace difícil. Amar sin faltarse el respeto a uno mismo, por ejemplo. Eso no es fácil. Tanto para los agresivos como para los suicidas, los que golpean como los que reciben golpes en nombre del Amor...hay tantos, y esa cantidad de tantos también demuestra que amar no es sencillo. La pregunta es ¿por qué pensamos que debiera ser natural, o fácil, o gratis saber relacionarse con la gente? ¿por qué no se toman clases de amar? ¿por qué no puedo ir a un experto y preguntarle cómo lo hace? ¿por qué puedo admitir que me enseñen matemáticas o química, pero no admito ni acepto que me enseñen a conversar, a mostrar interés sin abrumar, a aceptar a la gente cuando me dice que no?¿por qué puedo tomar en serio la teoría de la evolución, pero cuando me hablan de amar, sólo puedo contestar con un chiste, protegiéndome de mostrar interés en siquiera mencionar el tema? Pero insisto: amar es un arte. Y uno muy elevado, pero al mismo tiempo accesible. Si se toma tan en serio, con tanta disciplina, se puede aprender a amar. Anótense en un curso, sin esperar más. Llénense de ganas, sin procrastinar. Hablen con el Maestro Jesús, pregúntenle como amó al mundo que lo rechazaba colgándolo de un madero que en esa cultura era para los malditos y criminales. Pregúntenle sin temor, como amó a Judas, a quien todos escupiríamos por traidor. Pregúntenle a Jesús, como amó a esta bloggera, siendo enemiga de su cruz en un tiempo, declarando ahora que "Mayor fue Su Amor"... pregúntenle al Maestro y les dará cátedra viva, como a mí.

Sería más fácil callarlo...

...pero sería lo más mezquino también. Me he topado con el referente más alto de amor que conozco... ¿cómo se entiende el amor sin compartirlo?